Pocos accidentes domésticos nos dan más miedo en una casa que un incendio. Se trata de uno de los riesgos del hogar que peores consecuencias traen y que más daños causa. Pero en nuestras manos está que pueda quedarse simplemente en un susto y no pase a mayores, o incluso que podamos llegar a tiempo de impedir que se produzca porque hayamos tomado las medidas preventivas necesarias para ello, como la instalación de detectores de humo y otras medidas similares como pueden ser alarmas. Para que nuestra tranquilidad ante el fuego sea posible debemos ser previsores y tener preparado un plan de emergencia frente a incendios domésticos que reduzca las opciones de peligro o las consecuencias de un siniestro.
Anticiparnos es la base para reducir las consecuencias de un posible incendio en nuestro hogar. Hablemos entre todos los miembros de la familia y tengamos claro qué hacer y quién debe hacerlo en caso de producirse un incendio en casa cuando estemos en ella. El desorden y el caos son los grandes aliados del fuego, no podemos dejarnos llevar por el pánico, es necesario que seamos nosotros quienes tengamos el control y no las llamas. Debe haber un líder que sepa cómo actuar y dé las órdenes. Es necesario que cada cual sepa lo que debe hacer, pero con arreglo a lo que puede hacer, sin extralimitaciones que pueden causar accidentes extra. Alguien deberá encargarse de los niños o las personas mayores, o de las mascotas, mientras otro busca el extintor y lo usa porque sabe hacerlo, otro abrirá las ventanas para airear el humo, y otro avisará a los bomberos si es necesario. Esa simultaneidad y coordinación nos hará ganar tiempo y efectividad. Es conveniente contar con un extintor en buen uso en un lugar estratégicamente situado. Todos los adultos deberían saber cómo se usa. Todos los adultos y niños deben conocer el teléfono de emergencias.
Todos en la casa deben saber qué hacer y aún más importante: qué no hacer. Deben conocer con claridad dónde ir y dónde no deben ir: dónde no deben esconderse o refugiarse y por dónde no intentar salir. También debemos explicar a los niños claramente cómo actuar y quién les ayudará y cómo conservar la calma o pedir auxilio y hacerse notar. Un dibujo sencillo les ayudará. Estudia las vías de escape posibles y las más seguras y cerciórate de que están libres y son accesibles. Piensa que los fuegos más habituales son en cocina y salones, estudia cómo afectaría a tu casa y por donde podrías salir en caso de que se produjera en esas zonas y tu familia estuviera, por ejemplo, durmiendo. Prever siempre es mejor que lamentar.